Cartas a mí #1

Sé que va a doler. Sé que está doliendo. Cuán sabia fuiste cuando decidiste conocerte, porque ahora sabés prepararte para lo que va a venir y sabés que las cosas van a ser buenas o malas según cómo las esperes.

Ahora sabés que el pequeño planeta viene a romper tableros y el desorden, tsss, a vos te molesta, te afecta, te desborda. Pero bancalo como has sabido bancar otras tormentas y sabiendo, como siempre, la gran oportunidad que tenés para evolucionar. Que es, al final de cuentas, lo que viniste a hacer.

Así que mejor no te quejes y tomá lo que se te da. Sos una mina con coraje, porque sabés que va a doler, pero lo hacés igual. Y te la jugás. Ya has tocado puertas y no las han abierto. Estabas acostumbrada a la buena suerte, ahora la tarea es remar. Así que seguí para delante. Esta vez no se trata de entregarse sino de dar todavía un poco más.

Ya sabés que cuando duele el ego, es porque está curando. Se está desprendiendo y el alma, se está acercando cada vez más. Aunque otros te digan que estás equivocada, ¡aunque te hagan dudar! No, no, te lo pido, no vas a claudicar.

Y si ves que otros consiguen lo que vos estás buscando, eso es parte de este capítulo, ver tus sombras más siniestras y aprender de los demás. Generar tus propios recursos, amar lo que sos, lo que tenés y todo lo que hay en vos de bueno para dar. Mirar para delante y ya no para el costado ni para atrás.

Confío en vos. Creeme. Confiá.