El mar

Estaba sentada frente al mar y me habló:

-Soy las lágrimas de los que nunca lloran-. 

"Debo estar loca", pensé. Luego, lo volví a escuchar: 

-No se atreven a llorar... creen que podrían morir. Les da vergüenza-. 

Yo seguí escuchando, pero también contemplando, es tan hermoso el mar… 

-Estoy tan triste-, luego confesó, -demasiado triste ya-. 

Sentí que algo extraño estaba por pasar, el mar comenzó a reaccionar por tanta tristeza que debía soportar, entonces tomó fuerzas y en una ola inmensa se convirtió. Entró con fuerza en la ciudad y solo a algunos se llevó: a todos los que habían guardado sus lágrimas y las habían convertido en mar.

Cuando al cielo esas almas asomaron, alguien de blanco les preguntó: 

-¿Qué han aprendido, queridos míos? 

-Que debo llorar cuando es necesario… 

-¡Que mis sentimientos debo expresar! 

-Que estaba hecho de fuego, aire, tierra y agua, que mis emociones eran el mar, que guardé una parte de mí por miedo y que lo que más temí, me terminó por matar.