Herida solar
- Proyecto Jenniña blog
- 13 dic 2018
- 1 Min. de lectura
¿Alguna vez naciste con la herida al lado del corazón, amigo mío, niño herido? ¿Alguna vida te tocó? Tener la bala en el corazón. Justo donde sale el sol. Sentir miedo de ser vos, porque es ahí donde más duele. Duele el vacío de haber nacido. El vacío de alejarse de la totalidad. La herida que nunca sana porque total... ni siquiera es real. Nunca nos fuimos de ese tal paraíso, pero en este juego que elegimos, nos hacen creer que sí, para jugar. Esa es la regla. Vivir la dualidad. Pero contame, ¡contame la verdad! Así no me siento tan sola en esta cruda realidad, la de haber elegido nacer con la herida al lado del sol, en mi esencia, el corazón. ¿Alguna vez, niño mío, amigo herido, te tocó viajar con todo ese dolor? ¿Cómo hiciste? ¿Cuánto lloraste? ¿Te permitiste llorar? ¿Lo mostraste ante los demás? ¿Por qué un alma elige nacer herida? ¿Por qué no fue primero a un hospital? ¿Qué culpa tengo yo en mi ego ahora, por qué cargar con el dolor del clan?¿ Por qué me toco la piedra justo donde esta mi brillo? Les he pedido a mis amores, pobres, que llenen un vacío que es imposible de llenar. Porque no era de ellos, es mío. Porque todos lo tenemos en algún que otro lugar. ¡Porque es mentira! En verdad no existe. Ese dolor que sangra y nunca alivia, solo es humano, pero no es real.
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