Hablar el espíritu

Cuando quiero hablar el espíritu y describirlo, es ridículo. El espíritu no se puede hablar. El espíritu siente. El espíritu también es el habla, porque el espíritu es todo. Pero lo que se siente no se dice, se expresa. El espíritu no se explica, se baila. Se hace poema. Se hace prosa, pero no se desglosa. Cuando trato de explicarme desde la lógica el espíritu, es algo ridículo, porque no se puede decir, solo se puede ser. El espíritu no se explica, se expresa. El viento te lo cuenta, ¿alguna vez te lo contó? ¿Cuántas veces lo escuchaste? ¿Sentís cuando el silencio en vos te cuenta el espíritu siendo? Quiero mil veces contarte todo con la lógica, pero enseguida me siento cansada, agotada, incómoda, porque es en vano. ¿Cómo escribo yo cómo es el espíritu? De qué color es, cuánto pesa, cómo se toca. Yo soy el espíritu hablando, pero el espíritu no habla, se expresa.