Pánico al ataque

Pánico al ataque. Pánico a ser uno mismo. Pánico a dejarse ver, dejarse amar. Pánico a ser atacado por la verdad. Por el cielo y por la tierra. Defenderse del ataque porque da pánico ser atacado. Ego extremo que se defiende del Ser. Miedo de ser descubierto en sus mentiras, sus engaños que por tantos años creímos ciertos e indiscutibles. Respira coraje, amada, que la cuadratura de estos dos inmensos ataca para bien pero duele fuerte. Caen las estructuras pero también se modifican los sueños imposibles. Llegan los cambios y no hay salida. Por eso llega el pánico al ataque como pandemia cada vez más la epidemia. Es que se caen los egos y las mentes inferiores tiemblan. Pero no teme el alma, no siente pánico alguno el Ser supremo. No se resiste, se entrega. Suelta el cuerpo, todos los cuerpos, respira profundo y consciente que se vienen épocas aún más demoledoras. Se destruye para levantar nuevos cimientos. El ego es una ilusión, no te preocupes. Y si te da pánico, abrázalo, también es lo que sos. Miedo, coraje, amor y miedo otra vez. No temas, nos dicen, es lo opuesto al amor. Pero de opuestos estamos hechos, yo diría de no temerle al amor pero tampoco temerle al miedo. Que está ahí por si nos ataca un mounstro y debemos detenerlo. Pánico al ataque de ser alguien nuevo. No, no, tranquilo, dejalo que entre, que venga lo desconocido. Y si es con miedo, decile: tengo miedo, dame la mano todo lo nuevo. El pánico también es una ilusión para que no avances, amigo, avanza con miedo y con todo, sin juicios ni castigos. Estas acá para experimentar. ¿Que más da? Conseguí más cosas que las que heredaste. Una abuela que quería ser maestra y vos te compraste todos los libros. Eso sí es un peligro. Soltalo. Honralo. Pero si no te llena de vida, no es lo tuyo, Angelina. Es el ego el que tiene miedo, no sos vos. Es una ilusión. Seguí para adelante sin protestar. Hace todo eso que te da miedo. Vas a ver que aunque huela mal, sabe bien. Al final.